El amor a veces se caracteriza por ser
irracional, desinteresado e incondicional, es así como veo yo a la hinchada de
un club de futbol colombiano, una hinchada que muere día a día de amor desinteresado,
pero que también vive de forma irracional e incondicional con sus actos, actos
que muchas personas a veces no entienden.
Para
muchos hinchas abandonar es falta de
sentido de pertenencia, es sinónimo de falsedad y es sinónimo de
traición, esto
hoy lo vive una de las hinchadas más fieles de Colombia, la cual
pareciera estar dividida por el mismo sentimiento, por un lado algunos
hinchas optan por no volver al estadio debido a los malos manejos
administrativos por parte de los directivos, y por el otro, unos cuantos
que se
resisten a darle la espalda a el equipo de sus amores.
Aquellos hinchas, algunos que hace mas de 5 años no van al estadio permanece firmemente la idea de que “hasta que los directivos no se vayan, no vuelven al estadio” y esta, es la más común, la más mencionada, que en muchos casos resuenan con tono a rabiar, ya que para nadie es un secreto que la dirigencia actual de este club ha venido manejando el mismo de forma sospechosa y poco profesional, esto a llevado a que muchos afirmen que el narcotráfico está detrás de todo esto, bien o no, "la idea es no volver al estadio hasta que los LOPEZ se vayan", confiesan muchos fanáticos con el corazón herido, con el corazón en la mano, con tono triste por la actual situación de su equipo amado.
Mientras tanto en la otra esquina, “los pocos pero locos” o como se autoproclaman “los fieles” se
resisten a permanecer en las graderías de un estadio que partido tras
partido
pierde público, pareciera como si no entendieran la magnitud del
problema, como si aun no vieran la realidad, como si ese amor al que se
aferran generara un estado de coma, un estado de inconsciencia, mientras
tanto el club pierde credibilidad con el pasar de las semanas
ante sus hinchas, y queramos o no, muere su institucionalidad con los
días, quienes son los culpables? todos señalan a esos directivos que
muestran su incompetencia, su falta de amor por los
colores, su falta de responsabilidad con la ciudad y su falta de respeto
hacia esta gran hinchada, además de todo esto un cuerpo técnico y
jugadores que hacen lo
humana mente posible por taparle los “errores” a sus dirigentes,
dirigentes que
destapan un hueco para tapar otro, que sacan dinero de su bolsillo
izquierdo
para metérselo en su bolsillo derecho, que ya no parecen empresarios ni
directivos de un club legendario de futbol, sino “cambalacheros” que
elaboran maniobras
estéticamente valurdas y bulgares para retener un club que agoniza por
su culpa, y da la leve impresión como si se tratara de un secuestro perfectamente elaborado, para satisfacer sus ambiciones
personales, pretendiendo ser las victimas para así poder “llenarse los
bolsillos” con los dineros que entran anualmente por parte de otra gran mafia
llamada DIMAYOR.
Esta es la historia detrás de un hincha del Deportivo Pereira, lleno de
resentimiento y amor por su club, lleno de ironía pero también de realidades,
realidades que hoy son más agrias y amargas que ayer, realidades que inspiran historias
de terror, historias elaboradas por manos oscuras de
un tirano, de un dictador, de un ser abominable y despreciable para los
hinchas de este club, este ser que solo ve en esta hinchada el símbolo
del dinero sin importar lo que cada uno de los hinchas sienta.
Son ya casi 70 años sin poder colgar una
estrella a este bello escudo, 70 años en los cuales las generaciones han
crecido con una ilusión, con un sentimiento, con una pasión que pareciera
imposible de hacer realidad, 70 años de historias contadas en las calles,
vividas en las tribunas y trasmitidas en los radios. Bien o mal todos aquellos hinchas que han
abandonado el estadio, la mayoría, no han olvidado su amor por el club, ni
mucho menos la ilusión de algún día ver en mejores pastos esta institución,
ruegan para que quienes hoy tienen el club lo entreguen, pero más son las imploraciones
para que quien venga y acoja este club magullado por los golpes, le de amor y
cariño, y mucha dedicación para poder verlo recuperado completamente.
Indudablemente en mi sueño personal, me
imagino mi club sin estos corruptos descarados, que se hacen llamar
directivos, me sueño mi club en la primera división, en mi estadio, un día
domingo, acompañado de mi familia, compartiendo las épocas que de pequeño viví,
y con las que crecí enamorado de mi escudo, de mi bandera, de mi himno que me
llena de orgullo cada vez que mi equipo sale a la cancha, sueño con que algún día
podamos volver a ver nuestro estadio lleno, lleno de niños, jóvenes, padres y
abuelos con la camiseta de nuestro equipo, orgullosos de pertenecer a este gran
sentimiento.
Es así
como un hincha ilusionado ve el futbol, es así como un hincha incondicional vive
el futbol y es así como un hincha irracional ama el futbol.
El sufrimiento y las
dificultades hacen parte de este amor, amor que se caracteriza por ser
irracional, desinteresado e incondicional, amor que pareciera ser
indestructible, amor cultivado durante 70 años, en mi caso, durante 22 años, amor que solo los locos pueden
sentir, amor por un club, por un escudo, por una bandera, amor por los colores
amarillo y rojo, amor por ti, MI DEPORTIVO PEREIRA.
Redacción: Futbol Rebelde Colombia.
sin palabras DEPORTIVO PEREIRA LOCURA SIN CURA, #fueralopezdelpereira
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